
El anuncio del vicepresidente de la república Elías Jaua hizo estallar de júbilo un abarrotado Teatro Municipal de Caracas el día de ayer en la tarde. Los que gritaban “uh, ah Chávez no se va!” eran los tercerizados de Sidor que escuchan la noticia de su pronto ingreso.
En el encuentro, estaba el nuevo presidente de la Corporación Venezolana de Guayana Rafael Gil Barrios y en el público, Hugo Bastardo del Movimiento Bolívar y el secretario de organización de Sutiss José Meléndez.
1.723 contratados de Sidor comenzarán a ser parte de la empresa hasta el 31 de Diciembre.
Del resto, unos 2.200, una comisión central trabajará junto a la Procuraduría de la República haciendo un análisis detallado en el primer trimestre del año para asegurarse que entren los que en verdad se necesiten.
Y estos serán los inherentes y conexos que formen parte importante del proceso productivo de la Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro”.
El vicepresidente Jaua anunció que no tendría sentido meter a todos los trabajadores que no tengan relación directa con la producción del acero, “no podemos meter a toda esa gente en una empresa que al final de pérdidas”.
Aseguró que el estado tratará de ofrecerle un empleo digno al personal contratado, a través de la creación de una nueva misión “saber y trabajo”.
La venta de cupos para entrar a la empresa fue una de las denuncias que tocó el vicepresidente llamándola “aberración” e hizo un llamado para no “prostituir el derecho a los trabajadores”.
Una de las preocupaciones de la entrada a los nuevos sidoristas es el pago del alto costo del HCM, pidió que se cree un sistema auto administrado para garantizar un sistema de salud integral.
La entrada de los 1.723 tercerizados implicaría un desembolso de dinero de al menos 11.000 millones de bolívares.
Hugo Bastardo, dirigente del Movimiento Bolívar informó que tanto Sidor como el estado iban a pagar ese dinero en partes iguales para agilizar su absorción. Elías Jaua aseguró que la Comisión Central estudiará el pago a través de un fideicomiso
El final de un camino
El vicepresidente de la república Elías Jaua se encargó de dejar en claro a quien tienen que agradecer los tercerizados sidoristas, “tienen que saber que entran gracias a la revolución de Chávez”.
El teatro completo estalló en aplausos mientras las cámaras recorrían a los trabajadores que se abrazaban con alegría. Habían esperado por esta decisión desde septiembre, mientras tomaban el edificio administrativo II, paralizaban los comedores, barras y alambrón y se apostaban frente a los portones trancando la entrada de vehículos.
Las medidas de presión llegaron al extremo de cerrar la entrada y salida de Guayana por 32 horas. Hombres y mujeres que no les importaba dormir en la calle a la espera de respuestas, ya lo habían hecho por tres días esperando una audiencia en la Asamblea Nacional. La lucha siempre llevaba consigo la bandera “revolucionaria”, pero altos personeros del gobierno desacreditaban la misma.
Su idea de una revolución es clara, los lineamientos presidenciales se acataban con frases “estás conmigo o contra mí”, y el sentido de disidencia era barrido cuando los tercerizados justifican las pocas acciones con un posible desconocimiento del mandatario nacional a su situación.
Pero la paralización de barras y alambrón fue la chispa que hizo reaccionar al presidente. Lo que estaba en juego era una de las puntas de lanza.
La misión vivienda estaba peligrando. La política en que se enrumban las empresas básicas y sobre todo Sidor, es la de ser garantes de una labor social que vaya en beneficio de las comunidades.
El ingreso de los tercerizados fue una de las promesas del ejecutivo nacional y estará contemplado en la nueva Ley Orgánica del Trabajo el año que viene.
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